Pensar que vamos a evitar los crímenes enviando a los criminales al típico calabozo terrible donde no hay comida suficiente es una idea falsa y peligrosa que tenemos que destruir.
Pensar que vamos a evitar los crímenes enviando a los criminales al típico calabozo terrible donde no hay comida suficiente es una idea falsa y peligrosa que tenemos que destruir.
Si las prisiones no tienen recursos ni personal suficiente, las pandillas carcelarias controlan el suministro de los pocos recursos disponibles, como el agua, la comida y los lugares para dormir. Las pandillas crecen y se conectan con grupos criminales en el exterior.
Las personas que no pertenecen a estas pandillas tienen que pagar para que no los torturen ni a sus familias.
O en el mejor de los casos, pueden formar parte de la pandilla. Pero obvio, una vez formas parte de una pandilla tienes que seguir participando cuando sales de la cárcel y esto termina aumentando el número de criminales.
Tenemos que re-pensar de manera radical las prisiones, porque si no, literalmente seguiremos aumentando el crimen con el sistema actual.
Fuentes y referencias
El dilema de las prisiones: incubadoras del crimen organizado en Latinoamérica
Los orígenes del sistema penitenciario. | Dario Melossi y Massimo Pavarini Siglo XXI, 1980
Prisons in Latin America A journey into hell